viernes, 15 de noviembre de 2019

John Yunca y su misteriosa rosa / Entrevista


Conversamos con John Yunca, a pocos días de la publicación de su primer poemario, y sobre el homenaje a su trayectoria.

¿Qué le pareció este salto a la poesía, siempre la había practicado o es esencialmente para el libro “la misteriosa rosa”?

Este salto a la poesía me refrescó, le añadió más vida a la mía, fue como acariciar con besos el mismo corazón. A los nuevos lectores les parecerá una novedad o innovación, sin embargo, empecé mis escritos en la poesía cuando era un muchachito de 15 años y gané por dos años consecutivos el premio “Juntos en Acción”.

 Desde su novela “líbrame la próxima semana, ¿cómo ha sido la recepción del público a sus obras?

Cuando decidí escribir “Líbrame la próxima semana” sabía que era un proyecto muy ambicioso, pero a la vez nadie me conocía, entonces quise publicar un libro atractivo, fuera de lo cotidiano, es así que inserté en esta novela la perspectiva múltiple, además del Flash Back y una trama inusual. El público poco a poco hizo sentir su acogida ante un escritor nuevo y que los cautivaba. Fue entonces que empezaron a leer mi libro en los departamentos de: Lima, La Libertad, Junín y Ancash.
Ya en mi poemario: “La misteriosa rosa” sentí que había madurado y quise ir más allá, trascender fronteras, ver el nivel probable en el que me encontraba, es entonces que decidí participar en concursos internacionales y  fue allí que el universo de mis lectores se iba masificando hasta llegar a diferentes países como: España, Estados Unidos, México, Colombia y nuestro Perú.

Hace poco le hicieron un homenaje en su natal Chimbote, ¿Cómo se siente usted al ser reconocido por el público?

Hay un dicho que sostiene: “Nadie es profeta en su propia tierra” Si bien es cierto la aceptación del público lector en Chimbote fue en forma ascendente, hasta antes del homenaje solo pude participar en una Feria de Libros en Nuevo Chimbote y eso no bastaba, no me sentía conforme, algo faltaba para entrar en el corazón del público, ya que al momento de la enumeración de los escritores ancashinos, no figuraba. Fue entonces que antes de publicar mi poemario me quise probar a mí mismo, ingresando individualmente algunas de mis poesías a certámenes  internacionales. Los jurados antes de dictaminar me hicieron entrar en una gran tensión, ya que si bien es cierto depende mucho de tu trabajo, pero también entra a tallar las políticas mismas. Gracias a Dios y la valentía que tuve mis poesías fueron publicadas en diversas fundaciones y revistas tales como: La Fundación César Egido Serrano - Museo de la Palabra de España, también fue elegida en la Revista Pluma de Argentina. Así mismo mi escrito fue seleccionado como los 10 mejores relatos de habla hispana por la afamada Revista Letrantes de México, del mismo modo fue elegido por la importante Revista Seattle Escribe de Estados Unidos, también fue publicado por la Revista Solsticio de Colombia y fue publicado como uno de los 7 mejores relatos por la prestigiosa Revista Monolito de México.
Después de todo lo acontecido un día decidí visitar la acogedora Biblioteca Municipal César Vallejo de Chimbote, cuando estuve próximo de hacer deleitar a mis ojos pidiendo un libro, se me acerca la jefa de la Biblioteca: La señora Elizabeth Coronel diciéndome. Usted no es el escritor John Yunca.
Así es -le respondí-
Me dijo, su tiempo ha llegado.
Perdón -dije.
Va a ser homenajeado -me anunció.



Ese momento tuve sentimientos encontrados de lo duro que fue para mí muchas de las noches desprenderme de mi familia para ir a una oficina fría en donde me encontraría con una extensa soledad. Afortunadamente poco después el espacio había mejorado, ya que tenía el respaldo de mi familia y mi entorno se fue volviendo más cálido.
Pero “el momento había llegado”, luego de cuatro largos años llenos de trabajo y en el que no era ni la aproximación de un profeta en mi tierra, ahora las circunstancias habían cambiado. Me harían un homenaje, afortunadamente rompería esa barrera de lo desconocido en que soñamos muchos artistas y que no todos tienen el privilegio de lograrlo. Por fin se reconocería mi talento.
Ya en aquel lindo homenaje, me sentí muy afortunado y  dichoso, ver como aquellas caritas me hacían hermosos gestos, escuchar como esas sonoras vocecitas desprendían declamaciones angelicales.
Hoy en día me siento tranquilo y feliz porque sé que ha sido producto de la bendición de Dios y de mi gran esfuerzo. Además tomo todo esto que me viene pasando con mucha humildad, porque sé que hay mucho camino por recorrer y que tengo que seguir aprendiendo de los grandes escritores para un día llegar a la talla de ellos. Claro está, este gran despliegue y homenaje que me ha hecho mi público en Chimbote me exige a cada día mejorar para ellos.
Gracias a ese reconocimiento me han invitado a participar en el gran FILCH de Chimbote, además de estar siendo nominado como escritor ancashino para recibir la pluma de oro.

He notado que sus poesías versan principalmente del amor y lo social, ¿cómo se siente usted más cómodo? ¿Se considera más un poeta romántico o social? 

En primer lugar he notado que tienes una muy buena apreciación.
En segundo me siento más cómodo como un poeta romántico-social.
En tercer lugar, mis poesías son una amalgama de lo romántico y lo social, ya que, si bien mis obras están dedicadas al amor y a todas sus vertientes también esa musa se encuentra situado en un contexto, el cual me conlleva a escribir juntamente con el ambiente en que le rodea.

El impacto de la inmigración venezolana se pone en manifiesto en el poema “Venezuela”, ¿cuál fue el proceso en su creación?

Ha Venezuela siendo parte de este continente siempre lo he seguido. Creo que muchos hemos presenciado esos certámenes de bellezas donde sus mujeres obtuvieron los mayores lauros. Además de su cantantes, actores y gente culta que continuamente exportaba y ni que decir de sus grandes monumentos o edificios.
Bueno, es lamentable que nuestros hermanos después de haber gozado de la cúspide hoy por culpa de un gobierno tan nefasto e incapaz hayan sido obligados a dejar su territorio en busca de mejoras. No olvidemos que nosotros en el mandato paupérrimo de Alberto Fujimori pudimos haber llegado a esos extremos.
Como sudamericano me duele lo que pasa con Venezuela, es así que a manera de rechazo y denuncia social creé este texto para alzar mi voz y contribuir a que se deteriore este gran mal.

Entre sus influencias nacionales y regionales, ¿a qué poetas admira? Y si hay alguno contemporáneo.

Entre mis influencias nacionales admiro al vanguardista liberteño César Vallejo con sus poesías casi indescifrables e intensas. A la capitalina Blanca Varela con sus poemas impregnados de melancolías oceánicas y al innovador ancashino Santiago Antúnez de Mayolo con sus acrósticos.
En la actualidad me llama mucho la atención el poeta piurano Marcos Martos por la estética en la que escribe sus críticas a la realidad.

La coyuntura social le motiva a escribir más, considera como muchos poetas, que los tiempos difíciles son ideales para la mejora del arte.

Uno como ciudadano no quiere que lleguen esos tiempos difíciles ya que conllevan a la desgracia y retroceso a toda una población. Hoy en día en nuestro país tenemos más de cuatro expresidentes encarcelados, prófugos y en proceso de sentencia, además de un congreso que fue disuelto porque gran parte de ellos blindaba a la delincuencia. Sin embargo más allá del sufrimiento que esta situación nos aqueja, los poetas sabemos que no podemos silenciar y que nuestra misión ante estas incómodas circunstancias es ver esta situación como una oportunidad para apoyar a un pueblo doliente a través de nuestras denuncias que impregnamos en nuestros escritos y claro está que al tener una motivación nueva e ir redactando nuestro arte cada vez será más preciso.

¿Tiene ya planificada nuevas publicaciones?

Soy un convencido de que nosotros los artistas no podemos estancarnos, detenernos, ni vivir de lo pasado, tenemos que estar en contacto con nuestro público y una de las mejores maneras de estarlo es escribiendo y publicando nuevos productos. En el 2020 tengo planificado un libro muy interesante de cuentos siniestros denominado “La amenaza del terror” el texto se encuentra ya avanzado en un 70% y los invito cordialmente a leerlo.

Fue un placer atenderlos en esta entrevista. Gracias.



jueves, 7 de noviembre de 2019

Comentario sobre el libro de Francois Villanueva "Cementerio Prohibido"

Por Julio Barco
original en: www.lenguajeperu.pe
Hay en la escritura de Francois Villanueva Paravicino un nervio por explorar la muerte, una constante por ponernos frente a ella, es decir, encontrar en su disipación y arte, un argumento y trama a explorar. Es así que, en su último trabajo de prosa, la recopilación de cuentos Cementerio prohibido, editado en el sello Apogeo editorial, dibuja con pulcro y propio estilo una sucesión de reconstrucciones sobre la muerte. Que, empezando desde el título, nos invitan a un viaje por el más allá.
Ya desde los epígrafes clásicos (Poe, Corintios, Maupassant, Palma, Horacio Quiroga) observamos que el eje temático de los cuentos, e incluso la forma de organizarlos, siguen una tendencia clásica, digamos de la literatura del siglo XIX, donde primaba el arte de contar paisajes sin fragmentarlos ni abrir más sendas de la mirada sobre el tema.
Una literatura con narrador en tercera persona sin las deliberaciones de la metaficción. Pues no hay en la escritura de Villanueva sino una retoma del proceso de la prosa con su núcleo duro cerrado de narrar y expresar, ausentar la subjetividad y dibujar la materia. En ese sentido, -como bien nos asoma la contraportada- es heredero de autores como Quiroga, pero también de otros maestros en el género como García Márquez.
A pesar del peso de esta influencia, -que considerando los siglos podría ralentizar el acceso de lectores de nuestros tiempos-los cuentos de Villanueva salen a decir su verdad y se unen a una mirada con matices poéticos, intuyo que herencia de la vena poética de propio autor (1) Aquí, por ejemplo, algunas pinceladas: “un atardecer otoñal de aquel año-frío, húmedo y fastidioso-, (…) El fondo amarillento y difuso era un crepúsculo sanguinolento en medio de un paisaje disforme, con manchas de rojos exóticos y cinabrios exuberantes, pardos arbóreos y azules acuáticos, sombras prístinas como la conciencia más secreta del hombre” (del cuento El cuadro inconsciente)
Son estos fragmentos, por ejemplo, denotan el trabajo de estilo de autor,-pintor de atmósferas y sucesos que nos abren la esencia que da vida a los espacios- la prefiguración del tono de los colores y de las manchas son constantes en otros relatos como en “El arder de aquel día plateó las carreteras del tambo hasta el crepúsculo. Una neblina dorada y caliente agazapó vespertina las grises montañas abruptas y soberbias” del cuento Las heladas. Por ello, me animo a pensar que nos encontramos frente a un meticuloso artesano de la prosa que, al expresar escenas, no escatima en recrear un meticuloso sistema de impresiones dentro de la mente de lector. Ello, para empezar, me permite adentrarme a los cuentos en sí.
Como les decía, el tema de la muerte es predominante. Desde el primer cuento El verdugo, somos testigos del monólogo de un asesino, para seguir con La condena de Ismael, Las heladas, (uno como condenado, otro como flagelo de la naturaleza) donde las tensiones con la muerte y sus derivados se mantienen paradójica mente vivas como eje medular de la obra, y llegan a cuentos como El cuadro inconsciente, donde vemos un trabajo bastante interesante de la mirada del arte y la locura atravesados por el drama de dos amantes; para finalmente llegar a los relatos La familia de un conocido (3) (que aborta la fantástica longevidad) y el último (y más largo y curiosamente complejo): Cementerio prohibido.
Por cierto, vistos los cuentos a cierta distancia, observamos que todos son tratados con la misma mesura en la prosa, sin altos ni bajas, dibujando un esquema estudiosamente cerrado, con interesantes fuentes andinas (2) como si se tratará de trabajos hechos en cemento. Vemos, en suma, el trabajo de un estilo que gana en sencillez y detalles.
Antes de pasar a Cementerio prohibido, quisiera detenerme y agregar algunas oraciones sobre El cuadro inconsciente, que -por su temática- es el que más me interesó: bohemia, locura y muerte. En este cuento, nos encontramos con dos personajes que son Lucrecio Vencedor, un recalcitrante pintor que nos recuerda a locos como Van Gogh u Lautremóc mezclados con obsesos y solitarios como El hombre manos de tijera u Julio Ramón Ribeyro en sus épocas locas en Europa, y Giovi, o Giovanna (con doble ene y doblemente hermosa), una joven pura y alcoholizada. La trama se desborda cuando se quedan sin dinero y deciden recitar poemas de bus en bus, como -adjetiviza soberbiamente Villanueva- peripatéticos, vanguardia aristotélica muy bien ceñida para dibujar la vida ardiente de 2 amantes en la carnívora y soez Urbe. Pues bien, este cuento -insondable como una flor- termina en la misma continuidad de extremos: locura y muerte. La miseria y los estados alterados de la creatividad, la locura y el sexo, lo descarnal y las faldas rojas, son exageraciones que condenan El cuadro inconsciente donde se finiquita con gracia y destreza, buscando ansiosamente el cuadro que reflejé la imagen última de las cosas.
Pienso que otras de las virtudes del mundo y clima que ofrece Villanueva es crear su propio ecosistema. Lo fantástico, con sus ilimitados campos, permite que el autor construya un mundo cerrado, encapsulado que lo aleja de la ficción y realidad neta. Es así que llegamos al cuento más largo del volumen que sirve también como título general de libro: Cementerio prohibido.
Se trata del texto más largo del volumen que nos recuerda, por su poesía y tema, a textos como los de Juan Rulfo, especialmente su novela Pedro Páramo. Como en Comala, no es Juan Preciado sino Alex Boj quién en Cementerio prohibido llega a un extraño y convulsionado escenario tras la muerte de su hermano.
Este suceso lo lleva a descubrir las verdaderas ocupaciones de su hermano (espía para una agrupación antiimperialista) y verse finalmente envuelto en una pesadilla con zombies, asesinados y demás seres que sacuden desatan el delirio lector. Con escenas de pelea que recuerdan las películas de ciencia ficción o Star Wars, -asunto que evidentemente refresca el anquilosado género- este relato conduce a los mejores atributos de Villanueva – rapidez para fluir en el relato, destreza para generar ambientes asfixiantes- y cierra este conjunto de cuentos que permiten reconocer una pluma con indudable valor. Este, por cierto, es el segundo volumen de cuentos del autor que, como expresamos, también dedica sus fuerzas al cultivo de la poesía y el periodismo. Es interesante poder confirma, con las casi 80 páginas de Cementerio prohibido, la sensibilidad de un autor que tienen mucho que darle a la literatura del país.